(A Francisco Reyes Guzmán) El adjetivo ha sido menospreciado por poetas, narradores y periodistas; vilipendiado por epistemólogos, metodólogos y filósofos de la ciencia; y temido por académicos, historiadores, y psicólogos. El adjetivo se ha convertido en el paria de las categorías gramaticales. Probablemente, parte de la mala reputación del adjetivo se deba a los llamados juicio de valor que comúnmente se expresan con él. Parecería que el adjetivo «no tiene quien le escriba». Quiero, en estas breves líneas reivindicar el poder expresivo y descriptivo del adjetivo. Si bien es cierto que en poesía, como dice Vicente Huidobro, el adjetivo cuando no da vida mata; que como aconsejan los epistemólogos (Karl Popper y Mario Bunge, por ejemplo) puede expresar cargas de subjetividad y prejuicio; y que en las ciencias sociales y en psicología, puede producir encasillamientos inútiles o arbitrarios; también es cierto que el adjetivo tiene un poder descriptivo y expresivo insustitui...
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