Bartolo García Molina EN DEFENSA DEL ADJETIVO: PRIMERA PARTE
(A Francisco Reyes Guzmán)
El adjetivo ha sido menospreciado por poetas,
narradores y periodistas; vilipendiado por epistemólogos, metodólogos y
filósofos de la ciencia; y temido por académicos, historiadores, y psicólogos.
El adjetivo se ha convertido en el paria de las categorías gramaticales.
Probablemente, parte de la mala reputación del adjetivo se deba a los llamados
juicio de valor que comúnmente se expresan con él. Parecería que el adjetivo
«no tiene quien le escriba». Quiero, en estas breves líneas reivindicar el
poder expresivo y descriptivo del adjetivo.
Si bien es cierto que en poesía, como dice Vicente
Huidobro, el adjetivo cuando no da vida mata; que como aconsejan los
epistemólogos (Karl Popper y Mario Bunge, por ejemplo) puede expresar cargas de
subjetividad y prejuicio; y que en las ciencias sociales y en psicología, puede
producir encasillamientos inútiles o arbitrarios; también es cierto que el
adjetivo tiene un poder descriptivo y expresivo insustituible, cuando se usa
adecuadamente, especialmente en correspondencia con el contexto. Los adjetivos
tienen un poder formidable, si obedecen a la verdad y la justicia. Pueden ser
como bálsamo en las heridas de las víctimas; o como puñales clavados en el
pecho de los malvados. Un adjetivo preciso, en determinadas situaciones, se
convierte en un recurso de primera necesidad, a la par con el sustantivo y con
el verbo.
En investigación científica y en evaluación
educativa y técnica, el adjetivo expresa una calificación objetiva. Por
ejemplo, se podría decir, en base a unos parámetros e indicadores determinados,
que una situación es MUY MALA, MALA, BUENA, MUY BUENA o EXCELENTE . En la justicia,
la primera batalla de los abogados es la calificación o tipificación del
delito, según el código penal. Si un homicidio es calificado de involuntario,
probablemente esa calificación implique una victoria contundente de la defensa;
si por el contrario, es calificado de premeditado, significaría una victoria
para la parte acusadora. Los juicios que subyacen en el fondo de esas
calificaciones, entran en la categoría de juicios de experto, muy necesarios en
toda actividad profesional; y muy alejados de los juicios de valor.
En la literatura, el adjetivo puede darle
plasticidad a la narración. Muchos narradores «pintan con adjetivos» sus
personajes, el contexto espacial o geográfico, el ambiente social, etc. con lo
que logran darles pistas a los lectores para que hagan representaciones
emocionales, sociales, topográficas, etc. de los personajes y del contexto en
que ocurren las acciones. Incluso, en muchos discursos, una descripción
oportuna puede ser un valioso argumento, o una pieza persuasiva extraordinaria.
A veces, un buen epíteto, ofrece el rasgo más característico del retrato de una
persona
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Bartolo García Molina
Su visión, su
pasión y su misión
Por Altagracia Pou Suazo
Bartolo García Molina es un conspirador que se proyecta contra los
valores y paradigmas de este tiempo adverso al conocimiento y del estudio
perseverante, que ha sabido destacarse con tesón y entrega al estudio de la
lengua española, de la lingüística y del
discurso.
Procede del municipio de Esperanza, provincia
Valverde, de la Línea Noroeste. Es miembro de una familia numerosa, dieciocho
(18) hijos en total. Sus primeros cuatro
lustros los vivió en un entorno campestre, casi bucólico, Entre el pastoreo, el
cultivo de la tierra y los estudios discurrieron su infancia y su adolescencia.
García Molina vence sus límites, esos que atentaban
contra su formación intelectual, y lee incansablemente, se consagra al estudio
de le lengua española, así como del francés y del inglés. Obtiene una plaza de
monitor en el Dpto. de Letras de la Universidad Autónoma de Santo Domingo
(UASD) y posteriormente ingresa como profesor adscrito a las cátedras de Lengua
Española y Lingüística, después de recibirse con honores de licenciatura en Letras
en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Sin duda, Bartolo García Molina pertenece al ámbito
del estudio y la erudición. Los libros, la investigación y la enseñanza constituyen su norte. Sus hábitos
intelectuales se definieron desde las aulas donde compartimos y dialogamos
sobre la estructuración de la entonces
incipiente teoría del discurso, en ese momento,
se empezaba cuestionar los límites del estructuralismo postsaussureano.
Apasionado entre reflexiones, preguntas
y respuestas, se forma como analista e investigador.
En múltiples oportunidades hemos intercambiado
reflexiones metodológicas, epistémicas y axiológicas sobre los modelos y
objetivos de la enseñanza de la lengua,
sobre teorías linguísticas, así como
sobre literatura, especialmente sobre su cuestionamiento al llamado punto de
vista del narrador y sobre autores como
Borges, Cortázar, Carlos Fuentes y otros. También hemos compartido ideas sobre
política y el mundo intelectual en general.
Nos unen muchas vivencias, puntos de vista
compartidos, sueños logrados y
frustrados e indignaciones y crispaciones comunes. Años en las aulas asistiendo
con fervor y deleite a las clases de los profesores Celso J. Benavides,
Maximiliano Arturo Jiménez Sabater, Pedro Mir, Abelardo Vicioso, Máximo Avilés
Blonda, Víctor Villegas, Narciso González y Carlisle González; así como a otras que hubimos de enfrentar con estoicismo, por algo se
aprende de las imperfecciones, tanto de
las propias como de las ajenas. Y es precisamente, no reeditarlas. Muchos
nombres brillantes perduran en nuestra memoria y otras muchas emociones que nos
condujeron a reflexiones y cuestionamientos, así como ideas audaces y cátedras
aburridas e infecundas.
Bartolo García Molina cultiva la lengua, el discurso
y el conocimiento, y lo comparte con todos, porque aprender y enseñar son su
pasión. Ha sido un profesor consciente de la trascendencia de la educación como
fin prioritario para nuestro país. Lo has plasmado a través de sus múltiples
obras destinadas a la enseñanza y a los procesos cognitivos tanto del español
como de la didáctica.
Vencer las circunstancias, para superarse cada día
lo convierte en uno de los intelectuales primordiales de nuestra generación, y
el más prolífico desde una perspectiva lingüístico-nacional. ¿Qué resultado
arroja esta devoción por el libro y el conocimiento? Un conjunto de obras
articuladas en los últimos 25 años de gran peso bibliográfico las cuales
reflejan sus hábitos de lectura y estudio de las disciplinas mencionadas.
Resultado de diálogos en el aula y de estudio
actualizado sobre la problemática de la producción escrita a nivel
universitario resulta su libro Redacción: métodos de organización y expresión
del pensamiento que contiene conceptos y estrategias didácticas novedosos,
tales como: estrategias de adquisición
lexical, la paráfrasis y la formación del estilo, y la homosintaxis y la
adquisición de patrones sintácticos, etc. En esa misma tesitura se inscriben El
discurso: categorías y estrategias; El discurso científico: teoría y aplicación;
Lectura y construcción de conocimiento; Morfosintaxis funcional del español,
Competencias comunicativas, Ortografía inferencial y operativa, y otros.
Entre los aportes más importantes de Bartolo García
Molina a la lengua y al discurso y su
enseñanza, hay que destacar: creación
del método procesual de adquisición lexical (PAL), y método DEPER (por las
iniciales de las cinco etapas que lo componen), para desarrollar competencias
redaccionales; diseño teórico para el desarrollo de competencias ortográficas
desde la perspectiva del discurso;
formulación de una teoría del
discurso científico, que lo diferencia del llamado vocabulario científico;
aplicación de la paráfrasis a la enseñanza de la lengua; creación del concepto
de homosintaxis y su aplicación para el desarrollo de competencias
comunicativas; y elaboración de las estrategias didácticas, El diario
interiorista, Siete deseos para esculpir la personalidad y exquisiteces orales. Al maestro Bartolo García
Molina también le corresponde el mérito de ser el primero en proponer en
nuestro país que la lengua a traviesa y sostiene todo el currículum; y de
proponer una diferencia clara entre actos de habla y estrategias discursivas.
Este homenaje que ofrece La Feria Internacional de
Libro a Bartolo García Molina nos permite vislumbrar destellos de esperanza en
el fondo del abismo en que se debate la realidad actual; y estimular a las
presentes generaciones a proseguir con el estudio y a continuar los pasos de
estos héroes silenciosos, pero no silenciados, entre los que se destaca Bartolo
García Molina.
Muchas gracias
29 de mayo del 2017
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