El ser y el afán, por Jordanny Liranzo Jackson
En ocasiones, algunas personas en su afán de hacer cambiar a otros llegan al extremo del egoísmo o la arrogancia, en el sentido de que tratan de que los demás sean como ellos quieren que sean o, por otro lado, se creen superiores y con el derecho de modificar a su antojo la conducta de sus semejantes. Estos sujetos nunca toman en cuenta la opinión de los otros; no les preguntan si en verdad son felices como son o si quieren en realidad cambiar algún aspecto de su vida, y lo que resulta al final es que terminan por frustrar la personalidad de aquellos, incapaces de guiar sus acciones bajo su propio criterio. Sí bien es cierto que detrás de algunos se esconde una buena intención; pero los cambios, cuando no son deseados traen consigo inminentes consecuencias. En un caso diferente, pero en el que se percibe también la presencia de la sardónica arrogancia, las personas en su sentimiento de superioridad (en algunos más complejo que otra cosa) tratan con indiferencia despiadada a aquellos